El iPod duerme al igual que mis papás. Me despierto en un terminal, no esoty segura de cuál. Me parece que estamos en Tocopilla. Miro un cartel publicitario que hay afuera, es de una teleserie nacional que se viene. La centralización en Chile es demasiado notoria, por más que prediquen lo contrario, igual pareciera que la televisión y la política no llega igual en el norte que en la zona central. Incluso TVN y la propaganda presidencial no llega a Iquique de la misma forma que en Tocopilla. El bus sale del estacionamiento, sube una calle y dobla a la derecha. En una esquina hay un colegio con un enorme cartel del gobierno promocionando la jornada escolar completa, en él aparece un niño de unos ocho años que escribe en un cuaderno. Se ve feliz. En realidad está feliz porque escribe obscenidades sobre la JEC y sobre el ministerio de educación. Ahora bajamos. Pasamos por una esquina donde hay una fiesta. Saludan al bus, tal vez ebrios. Los iba a saludar rokeramente pero aún lucho contra mis párpados. Doblamos y bajamos hacia el mar. No me gusta el mar, pero no podría vivir sin él. El mar, la playa, el carnaval - y sus millones de intentos por parecerse al de Río - me traen recuerdos de la niñez. En realidad, traumas. Fuegos artificiales y oídos sensibles. Son los pocos recuerdos de infancia que van quedando en mi memoria útil. Dicen que los malos recuerdos auto emigran hacia otro sector del lóbulo y se bloquean para que no suframos. Mecanismo de defensa. Pero el nefasto episodio de los diez años se llevó lo bueno y lo malo de mi infancia. Esquina. Semáforo rojo. Hay una propaganda de una constructora. Maldita urbe, cómo crece. Semáforo verde. Bajamos y nos encontramos con la avenida principal. Hasta el nombre de las calles parece cambiar de norte a sur. Nos vamos por la avenida. Otro anuncio madero. Me equivoqué, estamos en Antofagasta, lo que explicaría muchas cosas. Ahora calculo que son entre las 12 y la 1 de la madrugada. Seguimos y madero sigue cambiando, excepto por el cartel de Fernando González, porque nosotros también lo tenemos. Intentamos dejar Antofagasta y encuentro algo familiar. Es un Holiday Inn. Aparecen de pronto recuerdos del 2003, gran anécdota con amigos y el clan reality. Un pub (personalmente los prefiero antes que una disco). Seguimos, creo que al sector antiguo de la ciudad. Hay casi puras casonas de madera. Es como en Pisagua, son similares. Seguimos por un lugar casi deshabitado donde hay unas ruinas y ya al final, más construcción urbana. Encontramos la salida. Doblamos. Curva. Seguimos. En el iPod suena Wish you where here de Pink Floyd (porque se me olvidó grabar música un poco más happy) y de repente, me alumbro. Visualizo un auto y mi impotencia por la injusticia. Necesito confirmar mi visión lo más pronto posible y despejar mis dudas. Sólo quedan 18 horas. Ahora sólo me quedan dos opciones, dormir o volver a Macondo.
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2 Sin Comentarios:
Dime que las playas de Iquique son mejores que las de Viña y te creere que no te lavaron el cerebro con la centralización.
pdta1: cuidado con lo que dices mira que mi Iquiquito es sagrado jaja
pdta2: cuando vuelves? te extrañamos
Primero las playas de Iquique son mas lindas que cualquier otra playa de Chile. OK?
Segundo, Iquique es sagrado y siempre lo voy a querer, por mas que diga que no en el fondo lo quiero y mucho
Y tercero.....No se cuando vuelvo....espero que pronto pk tb los extraño....:(
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